Por Javier Calderón
Para Hugo Vezzetti (2002, página 12) la historia
está compuesta por una serie de representaciones que imponen "matrices de
la percepción [(..)] que configuran los límites de lo significable y lo
pensable". Es decir, una historia reconstruye la realidad para darle un
significado particular y establecer límites a lo que se puede (y no se puede)
pensar sobre ella. En este sentido, el trabajo de algunos revisionistas de la
historiografía argentina, como Rodolfo y Julio Irazusta, Rodolfo Puiggrós y
Abelardo Ramos, ha sido el de repensar y re significar el papel que jugó la
oligarquía argentina en el desarrollo político y económico del país.
En particular, estos autores estaban interesados
en explorar las causas de la decadencia política y económica de Argentina. La
primera representada por el golpe de Estado de 1930, al gobierno de Hipólito
Yrigoyen, y la segunda como consecuencia de la crisis económica mundial, iniciada
con la caída de la Bolsa de Valores de Nueva York, en 1929. Se puede decir que,
lo que estos autores buscaban lograr con la exploración, era una historia
ejemplar (Vezzetti, 2002, página 30) que permitiera convertir el pasado en
lección, en principio de acción para el presente.
La oligarquía argentina sería el actor colectivo
que pondrían en el centro de sus investigaciones. En su visión, ésta fue la que
construyó en la construcción del Estado argentino y de las relaciones
económicas (dependientes) que insertaron al país en el sistema capitalista
mundial. Desde esta perspectiva, también, fue la que creó las bases para la
decadencia argentina en el siglo XX.
A partir de estas consideraciones, el presente
ensayo estará dividido en tres secciones. La primera explorará los distintos
argumentos que los Irazusta, Puiggrós y Ramos desarrollaron en torno a la
oligarquía argentina. Se describirán las concepciones sobre su carácter
ideológico (los Irazusta) y sobre su carácter económico (Puiggrós y Ramos). La segunda
sección describirá las causas que estos autores descubrieron para la
dependencia económica de Argentina, así como su relación con la evolución de la
oligarquía en el país. La tercera y última sección elaborará las conclusiones.
Concepciones sobre la oligarquía en Argentina
Para los Irazusta, Puiggrós y Ramos, la
oligarquía ocupa el papel más importante en la construcción de Argentina. Ello
debido a que el Estado y la economía nacional fueron la expresión de sus
intereses e ideas, desarrollados e institucionalizados desde la etapa post
independiente, hasta la primera mitad del siglo veinte. En este sentido, su
entendimiento y representación de la oligarquía también es negativa. Ello
debido a que ellos vieron en esta construcción nacional y económica los
fundamentos de los problemas que llevarían a la decadencia económica y política
nacional a partir de los años 1930. En especial, su crítica se enfocó en el
carácter anti nacional de esta oligarquía.
Para los Irazusta la oligarquía fue un grupo que se
construyó e integró en torno a sus ideas económicas y políticas ilustradas. A
diferencia de Puiggrós y de Ramos, que la concibieron desde una óptica
económica, los Irazusta lo hicieron desde una perspectiva ideológica. En este
sentido, las motivaciones y el carácter de la oligarquía surgían de sus ideas
sobre la importancia del progreso material, de la riqueza, la civilización, de
la habilidad, de las leyes, del laicismo y del protestantismo. Esta visión
negativa sobre ella se ve reflejada, por ejemplo, en sus críticas al gobierno
de Rivadavia (Irazusta, 1933, páginas 105 y 106):
“Rivadavia no quería el gobierno para sacar
al país de las dificultades en que se hallaba [(…)] sino para continuar su obra
de literatura institucional, para seguir progresando en el papel, aunque
retrogradando en la realidad”
Según los Irazusta, esta identidad ilustrada y liberal antagonizó a la oligarquía con lo nacional. Es decir, esta ideología desdeñaba el catolicismo, el criollismo y el patriotismo como valores para la construcción del Estado nacional y la economía en la época post independiente. Y ello es importante para los autores, pues este rechazo a lo nacional, al pueblo, tuvo un efecto negativo importante en la evolución histórica del país. No solo se trató del impacto de sus ideales, sino, también, de aquello que desdeñaron. Entre los ejemplos que mencionan están la pérdida de territorios, en el siglo XIX, como resultado del mayor interés en la consolidación interna que en la expansión territorial. Así se menciona la pérdida de Paraguay, de la Banda Orienta, de Charcas, de las Islas Malvinas, del Estrecho de Magallanes y de territorios al norte del país.
A diferencia de los Irazusta,
Puiggrós va a entender y a representar a la oligarquía argentina a partir de
una visión económica. Para él, ésta estará compuesta por los comerciantes
porteños y los ganaderos (boanerenses y de otras provincias). Su importancia
radica en que esta caracterización servirá de premisa para explicar la relación
entre lo que el llama causas internas y causas externas del desarrollo
capitalista argentino.
Para Puiggrós, las causas externas,
es decir el capitalismo europeo, no podían actuar solas en la conformación del
modelo económico argentino. Hacían falta causas internas que conectaran el capitalismo
internacional con la economía nacional. Desde una perspectiva económica, estas
causas internas serían los comerciantes porteños, quienes conectarían la oferta
de productos europeos, especialmente ingleses, con los mercados internos; y los
ganaderos, quienes producirían las materias primas alimentarías que demandaba
el Viejo Continente. En este respecto el autor menciona que el fundamento real de la seguridad de la
oligarquía estaba en que (Puiggrós, 1956, página 87):
“[(…)] supo combinar las causas internas con las
causas externas, es decir, en haber sido la representación más concreta y
absoluta de una Argentina que buscaba a través de su dependencia del
imperialismo su independencia, a través de su subordinación su
autodeterminación [(…)].”
Pero, en este aspecto, la visión de Puiggrós no es totalmente
economicista, pues mencionará, también, la consolidación de un marco jurídico
nacional (con la Constitución de 1853) y de un Ejecutivo nacional, como
factores internos que dieron certidumbre a la inserción financiera y comercial
británica en el país.
Al igual que los Irazusta, aunque
desde una perspectiva distinta, Puiggrós también mencionará el carácter anti
nacional de la oligarquía argentina. En su análisis, él afirma que el resto de
la sociedad le era hostil al capital
inglés que destruía sus bases pre capitalistas. Pero esta destrucción de
las bases pre capitalistas, a saber, la industria local, era una condición
necesaria para el afianzamiento de los comerciantes porteños y sus productos
ingleses.
Abelardo Ramos también elaborará una
interpretación económica de la oligarquía en Argentina. Sin embargo, el no se
enfocará en su rol como intermediaria del capitalismo nacional e internacional,
como Puiggrós, sino en su posición dominante para controlar el comercio
argentino. En este sentido, Ramos
argumenta que fue el control del comercio del interior argentino con el
exterior y el control de la Aduana del puerto de Buenos Aires, lo que posicionó
a los comerciantes y ganaderos porteños como la oligarquía nacional.
Pero, al igual que Puiggrós, Ramos representará
a esta oligarquía como anti nacional. Ello a partir de dos argumentos. El
primero es que esta oligarquía porteña tuvo que destruir la industria local y
reprimir el comercio de otras provincias con el objetivo de mantener su
posición económica dominante. Entre las menciones que hace Ramos sobre este
respecto, está la política económica de Rosas. En este sentido, Ramos dice (1957,
página 149):
“Entre Ríos aparecía ante los ojos de toda la República
como la principal beneficiaria del bloqueo internacional [de Inglaterra y
Francia al gobierno de Juan Manuel de Rosas]. Lo que era más importante aún, se
reveló bien claramente la base económica de la negativa de Rosas en abrir los
ríos. Todos los caudillos comprendieron en el acto que sí Rosas los cerraba, no
era por aversión a la “extranjería”, sino tan solo porque aspiraba a que
solamente Buenos Aires gozase de ese comercio.”
Otra mención que hace Ramos sobre el
carácter anti nacional de la oligarquía porteña es la destrucción de los
caudillos locales. Ello no solo les permitió consolidar políticamente al país,
sino que facilitó la destrucción de las industrias locales en beneficio de los
comerciantes del puerto.
Causas de la dependencia económica Argentina
A diferencia del consenso sobre el
carácter anti nacional de la oligarquía argentina, en los escritos de los
Irazusta, Puiggrós y Ramos, en el caso de la dependencia no parece haber algo
en común. Es más, en el caso de los Irazusta esta dependencia pareciera ser más
una debilidad de la soberanía nacional, ante demandas particulares de estados
extranjeros, que una dependencia en sentido económico.
Para los Irazusta la dependencia
argentina de Europa, fue el resultado de dos causas. La primera, de carácter
ideológico, estuvo relacionada con las ideas que la oligarquía nacional trataba
de promover. Desde esta perspectiva los Irazusta (1934, página 101) mencionan
sarcásticamente que:
“En comunidad de ideas con Manuel José
García, Rivadavia estaba dispuesto a aceptar un príncipe extranjero, el
protocolado de un país exótico o la vuelta a la colonia con tal de conservar
ciertas libertades civiles y económicas que le parecían más importantes que la
existencia política de la nación.”
Una segunda y más importante causa de esta dependencia, para los
Irazusta, tiene que ver con la debilidad que resultó de la constante oposición de
la oligarquía a los gobiernos patrióticos o de su interés en consolidar su
poder político a expensas la soberanía nacional. Entre los ejemplos que
esgrimen para estas dos causas están la pérdida de la Banda Oriental, como
resultado de sus tácticas para debilitar el gobierno confederado, o la pérdida
de Paraguay o de territorios en el norte, ante Brasil, debido a su indisposición
a usar el Ejército para proteger la soberanía territorial. Ante esta debilidad,
Inglaterra y Francia fueron capaces de lograr beneficios económico y
migratorios de la Argentina, que otros países no hubieran permitido.
Sin embargo, prosigue Puiggrós, fue a partir de la creación de la
Constitución de 1853 y de la creación de un Ejecutivo nacional, que se sentaron
las bases internas para la penetración capitalista europea a la Argentina.
Principalmente la penetración financiera y comercial. Ello crearía un
capitalismo dependiente, que no permitió el surgimiento de una industria
nacional y que limitó las posibilidades de producción argentinas a productos
agropecuarios.
Para Ramos la dependencia económica
argentina fue el resultado de tres causas. Primero la incapacidad del Imperio
Español de crear las condiciones para su industrialización. Ello repercutiría
en la ausencia de una política económica coherente, en Argentina, centrada en
una fuerza nuclear que intentara integrar los mercados internos. Segundo la
eliminación de los caudillos locales afectó negativamente la independencia
económica del país, pues ello eliminó la protección de los caudillo a sus
industrias locales. Sobre estos dos primeros aspectos, es relevante el análisis
que les hace Ramos (1957, página 123):
“Las industrias criollas era demasiado primitivas e
inconexas como para decidir la política económica nacional y como por otra
parte, el núcleo de poder estaba en Buenos Aires, eran incapaces por sí mismas
de subordinar al interés argentino los recursos cuantiosos de la gran ciudad.
Sin un elemento de centralización económica decisiva y sin un ejército
nacional, las provincia aisladas solo atinaban a rebeliones episódicas.”
Tercero, el ingreso de los productos ingleses por medio de los
comerciantes porteños, terminó de destruir la industria pre capitalista
artesanal argentina. Este perspectiva de Ramos es interesante también, porque
enfatiza en los factores internos, especialmente la ausencia de una industria
moderna local, que facilitaron la dependencia económica Argentina y que es
complementaria a la visión de las causas internas que propone Puiggrós y a la
debilidad política que proponen los Irazusta.
Conclusiones
A partir de la perspectiva de la historiografía como un conjunto de
representaciones de la realidad, que buscan significar y limitar a la misma,
pueden derivarse tres conclusiones sobre los temas aquí vistos. La primera conclusión
es que para estos autores revisionistas (los Irazusta, Puiggrós y Ramos) la
oligarquía argentina surgida en el siglo diecinueve, representó a un grupo, con
una carácter antinacional, que fue el encargado de crear o consolidar el Estado
y el capitalismo argentino. Anti nacional por sus ideas contrarias a las
tradiciones hispánicas, por sus intereses económicos alineados con los mercados
europeos y no con los del interior del país y por sus intereses políticos
particulares en detrimento de la soberanía nacional. Ello significó que la
oligarquía, en la visión de estos autores, no fue un grupo benéfico para el
país, sino que actúo en consonancia con ideas o intereses que no representaban
la argentinidad (como el catolicismo, el criollismo, el patriotismo, la
protección y promoción de la industria nacional, entre otras cosas).
La segunda conclusión es que
la dependencia económica argentina y su falta de desarrollo económico
capitalista propio y fuerte (¿Industrial?), fue el resultado de las debilidades
que esa oligarquía implicó para el país. Esas debilidades fueron, en términos
generales, la eliminación de las condiciones para el surgimiento de una
industria local, el mayor interés en los mercados internacionales que en los
nacionales, y la preferencia por ideas, estilos de vida y productos europeos
por sobre los argentinos.
Finalmente, desde la perspectiva de una historiografía ejemplar,
siguiendo a Vezzetti (2002), se puede suponer que el interés de estos autores
fue aleccionar a las generaciones de su tiempo, sobre los problemas que
implicaba favorecer a lo extranjero por sobre lo nacional. Fue ese desinterés o
desdén de la oligarquía argentina, según los autores analizados en este texto,
lo que permitió, en alguna medida, la decadencia política y económica de
Argentina a partir de la primera mitad del siglo XX. Para estos autores, ello
se traduciría en un cambio paradigmático de la Argentina que es mejor
ejemplificado por las palabras de Puiggrós (1956, 116):
“La duplicidad en la conducta del doctor De la
Plaza se explica por el profundo abismo que se había abierto entre los
intereses y las ideas de la oligarquía gobernante y las causas internas
objetivas del desarrollo social argentino. En otras palabras: De la Plaza no
podía gobernar el país con sus ideas de oligarca a la inglesa y tenía que
inclinarse ante el determinismo de los cambios sociales que no solamente
conspiraban contra los intereses de su clase, sino también impulsaban hacia
arriba su radicalismo y al socialismo.”
Bibliografía
Irazusta, Rodolfo, 1933, La Argentina y el
imperialismo británico : los eslabones de una cadena 1806-1833 Buenos Aires, AR
Tor.
Puiggrós, Rodolfo, 1956, Historia crítica de los
partidos políticos argentinos, Buenos Aires, AR Argumentos.
Ramos, Jorge Abelardo, 1957, Revolución y
contrarrevolución en Argentina : las masas en nuestra historia Buenos Aires, AR
Editorial Amerindia.
Vezzetti, Hugo, 2002, Pasado y presente : guerra,
dictadura y sociedad en la Argentina, Buenos Aires, AR : Siglo Veintiuno.