Me interesé por la historia y la política desde niño. Probablemente porque a mi padre le gustaba contarme historias sobre como había atendido a algunos heridos, en el área de Huehuetenango -en las tierras altas del nord occidente del país, cerca de la frontera con México-, durante el Conflicto Armado Interno en Guatemala.
Estas historias fueron reforzadas años después, cuando yo ya tenía entendimiento de lo que era la política, con el intento de golpe de Estado del ex Presidente Jorge Serrano Elías, a inicios de 1993. En esos primeros meses del año me sentía muy emocionado, pues percibía una extraña tensión en el país y la expectativa de un cambio importante. Al colegio donde estudiaba fueron a refugiarse, al menos una vez, estudiantes de una escuela pública cercana, que huían de la Policía Nacional; y más de una vez cancelaron clases o nos regresaron temprano a casa, para evitar que nos pasara algo malo. Luego del fallido golpe, en mi casa se hablaba del deseo que el sucesor de Serrano fuera el ex Vicepresidente Gustavo Espina Salguero, pues era un militar al que mi familia le tenía confianza.
De la firma de los Acuerdos de Paz, en 1996, solo me recuerdo del cambio del billete de un quetzal, por una moneda dorada que tenía escrito Paz en una de sus caras, pero de forma que la palabra también formaba la figura de una paloma -la paloma de la paz-. No fue un evento que marcara mi forma de ver el mundo.
En mis tiempos libres leo novelas, novelas gráficas, filosofía política, camino, monto bicicleta, cocino todo tipo de comida (menos postres) lavo platos, arreglo mi cuarto, lavo mi ropa y hago todo lo que un intento de académico hace.
Gracias por leer mi blog.
Les deseo paz y coraje,
Javier Calderón
PhD.c. en Historia