Por Javier Calderón
El
libro “ Los Cuatro Viajes y el Testamento”, escrito por Cristóbal Colón, es uno
de los textos más importantes para la historia Americana y Europea. Ello porque los mismos describen en primera
persona el entendimiento que tuvo Cristóbal Colón de los mares, tierras, flora,
fauna y pueblos descubiertos en sus viajes. Además, los diarios permiten que el
lector intuya las ideas de Colón sobre como crear un nuevo orden económico,
social y político en las tierras descubiertas. Los diarios de Colón también
permiten ver como el construye una historia de las Indias Occidentales, cuyo
fundamento es su necesidad y deseo de vender el proyecto del descubrimiento de
la región, a los Reyes Católicos.
Los
diarios de Colón no ofrecen una fácil lectura a las personas no versadas en
conocimientos náuticos o de geografía americana o atlántica –ciertamente este
autor no ha sido la excepción a la regla-.
Sin embargo, podemos dividir sus descripciones del “Nuevo Mundo” en cinco
grandes categorías: 1) la especificidades del viaje: distancia, ubicación con
respecto a las estrellas, clima y mareas, entre otros; 2) la situación de su
tripulación en cada uno de los viajes; 3) la flora y fauna de los lugares que
descubría; 4) la características morfológicas, sociales y tecnológicas de las
poblaciones americanas; y, 5) la disponibilidad de oro, principalmente, y de
otros metales o joyas preciosas.
La
importancia del recuento de las especificidades de los viajes de Colón es que trazan
las rutas y describen las dificultades que habrían de pasar otros marineros
para llegar del “Viejo” al “Nuevo Mundo”.
Ello implicó una ampliación en los conocimientos geográficos de los
europeos medievales, así como una mejora de sus conocimientos cartográficos. Ello no solo porque Colón descubrió nuevas
rutas marinas y tierras para los europeos, sino que generó las pruebas para
comprobar la redondez del mundo. Sin
embargo, la ausencia de mapas en esta edición, así como los recortes de lo
escrito por Colón, limitan tener una visión más clara de la ruta tomada por el
explorador.
La
descripción de Colón sobre su tripulación también es interesante, pues describe
las dudas y dificultades que le surgió en el viaje. Por ejemplo, el 22 de septiembre de 1492
Colón dice:
“Mucho me fue necesario este viento contrario,
porque mi gente andaban muy estimulados, que pensaban que no ventaban estos mares
vientos para volver a España.”
En este sentido, la incertidumbre que tenían Colón y su tripulación en el primer viaje, sobre la existencia de tierra, la redondez de la tierra y la posibilidad de volver a España, eran factores mentales que afectaban la posibilidad de éxito del viaje. Un problema de este recuento es que no tiene detalles de los miedos o problemas específicos de la tripulación, ni de los mecanismos específicos que usó Colón para resolver los problemas. Ello limita el conocimiento moderno de los factores que permitieron el éxito de Colón en su empresa de investigación.
Con
respecto a la flora y fauna, la utilidad del recuento de Colón fue limitado en
su tiempo y pudo haber tenido un impacto negativo en el desarrollo económico de
la Hispanoamérica colonial e independiente. Ello porque como dice Jessica
Knauss, cuyo artículo da cierre a este texto, la falta de conocimientos de
Colón, sobre flora y fauna en general, le impidió conocer la utilidad de la
naturaleza que encontró en Hispanoamérica.
Como dijo el mismo Colón el 15 de octubre de 1492:
“Son estas islas muy verdes y fértiles y de aires
muy dulces, y puede haber muchas cosas que yo no se, porque no me quiero
detener por calar y andar muchas islas para fallar oro.”
Tal vez la
descripción más importante de los diarios de Colón, para el desarrollo
histórico de Hispanoamérica, fue la situación de los indígenas americanos y su
trato inicial hacia ellos. Ello porque
al descubrir Colón la relativa debilidad de los indígenas caribeños ante los
europeos, en términos tecnológicos y culturales, desarrolla ideas de cómo
controlarlos forzosamente. Con relación
a su tecnología, Colón dice el 11 y 14 de octubre de 1492:
“(…) ellos no traen armas ni las conocen. No
tienen algún fierro: sus azagayas son unas varas sin fierro (…).”
“(…) esta gente es muy símplice en armas (…)
porque con cincuenta hombres los terná todos sojuzgados y los hará hacer todo
lo que quisiese.”
Con
respecto al poder que podrían tener los españoles sobre los indígenas Colón
dice el 11 de octubre de 1492:
“Yo, porque nos tuviesen mucha amistad, porque
conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con
amor que no con fuerza (…).”
“Ellos deben ser buenos servidores y de buen
ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decía, y creo que
ligeramente se harían cristianos; que me pareció que ninguna secta tenían.”
El
principio de la dominación española de Hispanoamérica comenzó desde los
primeros días del descubrimiento, con el secuestro de seis indígenas taínos que
iban a ser llevados a España contra su voluntad. Cuando dos de ellos escapan de
la carabela Niña, Colón dice el 15 de octubre:
“(…)
algunos de los de mi compañía salieron en tierra tras ellos, y todo fugeron
como gallinas, y la almadía que habían dejamos la llevamos a bordo de la
carabela la Niña (…)”
Un
último tema importante en los diarios de Colón es su descripción de la
disponibilidad de oro en las tierras descubiertas. Finalmente la suya era una empresa en la que
había invertido la reina Isabel de Castilla, los navegantes que acompañaron a
Colón en las tres carabelas y el mismos Colón. Y, dado que en el pensamiento
económico europeo renacentista el oro era sinónimo de riqueza y ganancias,
encontrar oro era el primer reto del Almirante. Para su pesar, Colón no
encontró mucho oro en las islas que descubrió en sus viajes, lo cual lo movió a
describir los adornos de oro de los indígenas como prueba irrefutable de minas
y grandes riquezas.
En
general, esta edición de los Diarios y Testamento de Colón tiene la debilidad
de no contar con mapas y gráficas que permitan tener una perspectiva más clara
de los descubrimientos y retos que tuvo Colón en su viaje. Por ello, mi
valoración del texto es 7 de 10.